Coordinar cotidianamente el trabajo en la empresa y las tareas domésticas, de cuidado a familiar, es a veces especialmente complejo. Es lo que se conoce como conflicto trabajo-Familia (CTF) o doble presencia (DP) en el actual contexto socioeconómico.
En función de las características de la empresa, debe considerarse incluir como unidades de análisis, además de los puestos de trabajo, el sexo, la edad, el tipo de contrato, el tipo de jornada y si la persona tiene a su cargo personas dependientes (menores, mayores o con discapacidad).
En relación con las medidas preventivas ante el conflicto trabajo-familia, resulta muy importante intervenir preventivamente en el ámbito de cultura empresarial. Así, entre las políticas de empresa que pueden ser provechosas a la hora de comprometerse con la conciliación familiar y laboral de las personas trabajadoras, podemos enumerar:
1. Elaborar campañas de información y sensibilización.
2. Simplificar o agilizar procesos de solicitud y autorización cuando existan motivos de conciliación que así lo amparen.
3. Respetar el equilibrio entre carga de trabajo y tiempo disponible.
4. Disponer de la tecnología, equipos y procesos adecuados a las tareas que se lleven a cabo.
5. Establecer márgenes de flexibilidad horaria de entrada y salida.
6. Promover bolsas de horas de libre disposición, en las que sea la persona trabajadora quien decida cuándo recuperar las horas.
Existen distintos instrumentos para identificar la exposición a conflictos trabajo-familia en el ámbito de prevención de riesgos laborales, así como para abordar. Entre las metodologías y Notas Técnicas de Prevención, destacamos:
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