La Unión Patronal Metalúrgica quiere liderar la voz del empresariado catalán y metalúrgico. Por eso, celebro que patronales de toda España me hayan llamado personalmente para felicitarme por las gestiones que nuestra patronal ha llevado a cabo: desde ser la primera en establecer conversaciones, después de los sindicatos, con el presidente de Junts Carles Puigdemont hasta encontrarse en el Palau de la Generalitat con el MHP Salvador Illa con una hoja de ruta. Por todo ello, la UPM juega un papel en el mostrador mediático, económico y político y era una de las premisas que me marqué hace cinco años, cuando cogí el cargo de presidente y apenas estallaba la covid.
Pero yendo al ahora más inmediato, creo oportuno compartir con todos vosotros las últimas demandas que hemos trasladado al Presidente Isla y consideramos vitales para ir acompañado de una administración fuerte que no ponga palos en las ruedas al crecimiento empresarial y social.
En cuanto a la política internacional, precisamente, desde Acción, se informa que la industria metalúrgica solo verá afectados a los productos de acero y aluminio que se exporten directamente a Estados Unidos, pero no a aquellos que tengan componentes indirectos con este tipo de metales. La situación genera incertidumbre entre nuestros asociados, puesto que este aspecto, por parte del gobierno de Donald Trump, no queda tan detallado como se afirma desde Acció. Así pues, ¿qué afectaciones indirectas puede tener el sector de la automoción o la vivienda, que también representamos en sus vertientes metalúrgicas?
En el apartado de la política laboral y económica, se ha hablado, desde el propio partido socialista, de que es necesario aprovechar el hecho de que Catalunya tiene un gobierno liderado por el PSC y España por el PSOE. En esta línea, pedimos que el gobierno central de Pedro Sánchez escuche más al empresariado. La reducción de la jornada laboral es un aspecto que no puede ir por real decreto, tal y como recoge el Estatuto de los Trabajadores. Además, en el contexto tecnológico actual y poscovid, no podemos olvidar la caída constante de la productividad ni el alto porcentaje de absentismo que tenemos, sobre el 11%. No nos oponemos a la reducción, de hecho ya negociamos convenios con reducciones por debajo de las 40 h actuales, pero sí que nos oponemos a las formas y dudamos de la efectividad que pueda tener esta ley. También es necesaria una financiación adecuada, sobre todo para las pymes.
La formación es otra prenda fundamental. La UPM es líder en liderar la formación continua del Sector Metalúrgico. A falta de más Fondo Next Generation, es necesario que las cuantías del crédito bonificable de las empresas no agotado en cada ejercicio, se revierta en subvenciones de formación continua del ejercicio siguiente. La fidelización del talento es un tema importante a trabajar y lo que realmente nos preocupa es la carencia de perfiles jóvenes en la industria metalúrgica. Necesitamos la complicidad de la Administración para divulgar y hacer más atractivo el sector a nuestros jóvenes.
Por último, la UPM constata un exceso de regulación y burocracia por parte de la administración pública que perjudica iniciativas de inversión que queremos impulsar desde el empresariado para modernizar y actualizar nuestras empresas. A modo de ejemplo, en estos momentos, desde la administración local, cuando se solicita una tramitación de una licencia puede tardar de 18 a 24 meses fácilmente, según el municipio. Esto no es operativo para nadie y perjudica a las industrias y al empleo profesional, ya que acaba frenando la inversión. Por otra parte, pedimos reajustar la dimensión de los funcionarios y simplificar y modernizar.
Celebramos que el MHP Salvador Illa y el Honorable Consejero de Empresa y Trabajo, Miquel Sàmper, recibieran con conformidad todo lo expuesto y le informaremos de todo lo que vamos avanzando próximamente.
Un abrazo,
Jaume Roura Calls
Presidente de la Unió Patronal Metal·lúrgica